Marcel Proust estaba muy unido a Trouville. De hecho, pasó felices vacaciones allí durante sus años de juventud. En el Hotel des Roches Noires pero también con sus amigos en las alturas de la ciudad.

Trouville-sur-Mer fue y sigue siendo fuente de inspiración para muchos artistas. Estos artistas dejaron su huella. Además, la atmósfera generada por las grandes figuras que se detuvieron en Trouville-sur-Mer todavía es muy perceptible hoy.

Incluso hoy, el alma del escritor está presente. De hecho, una calle lleva su nombre, un banco en la playa está dedicado a él... Y cada vez que pasas por delante del Hôtel des Roches Noires, no puedes evitar imaginarlo, con sus bigotes pasados ​​de moda, en su balcón mirando hacia el mar.