Entre la arena dorada de la playa y el encanto de las calles comerciales, Trouville-sur-Mer se revela como un mosaico de barrios, cada uno con su atmósfera única. Ya sea que disfrute de paseos tranquilos, compras de moda o descubrimientos auténticos, cada rincón de la ciudad tiene su propio carácter que ofrecer.
El Puente Belga – Calle General de Gaulle – Aguesseau
Desde el Puente de los Belgas hasta el Castillo de Aguesseau, este barrio revela su historia y su atmósfera única.
Un lugar de memoria
El Pont des Belges, que une Trouville-sur-Mer con Deauville, es un paso cargado de historia. Renombrado en homenaje a la Brigada Pirón belga, que liberó las dos ciudades en agosto de 1944, alberga un monumento dedicado a los soldados belgas y luxemburgueses caídos durante los combates.
Un punto de vista único
Desde la cubierta, disfrute de una vista pintoresca: barcos de pesca, tablas de paddle, gaviotas en vuelo y los relieves de Trouville-sur-Mer con la iglesia de Notre-Dame des Victoires al fondo.
Calle General de Gaulle y sus alrededores
Después del puente, la calle Général de Gaulle ofrece comercios, restaurantes y actividades de ocio, con el parque de la Roseraie como remanso de frescura. Más arriba, la calle d'Aguesseau revela la encantadora capilla Saint-Jean, el sendero Gaston Gosset, un animado skate park y otros tesoros por descubrir.



Bonsecours – Alturas
En la frontera entre la ciudad y el campo, el barrio de Bonsecours ofrece un descanso tranquilo a dos pasos del bullicioso centro.
Bonsecours, remanso de tranquilidad
Barrio residencial a dos pasos de la playa, Bonsecours encanta con sus pintorescos callejones, callejones sin salida y pasajes. La iglesia del Bon Secours y la capilla de Notre-Dame-de-Pitié añaden un toque patrimonial a este rincón tranquilo, ideal para pasear y admirar la arquitectura original.
Las alturas y sus panoramas
Subiendo las escaleras ocultas, se llega a las alturas de Trouville-sur-Mer, donde magníficos miradores revelan los tejados de la ciudad y el horizonte del mar. Entre villas y calles montañosas, ¡déjate seducir por este “San Francisco normando”!



La Lonja del Pescado y los Muelles
Cuna de Trouville-sur-Mer, su puerto pesquero y sus muelles encarnan la autenticidad y la convivencia de la localidad.
Tranquilidad y encanto auténtico
Los muelles, bordeados de barcos pesqueros y animados por marineros y gaviotas, ofrecen un agradable paseo a lo largo de los Touques. Entre paseos y descubrimientos, el mercado del pescado revela sus puestos repletos bajo una sala de estilo neonormando típico, símbolo del encanto de Trouville.
Un barrio animado y acogedor
Tranquilo a diario, el barrio se llena de vida con mercados, degustaciones en el mercado de pescado y eventos festivos. Las terrazas de los cafés y restaurantes añaden un toque alegre, donde las risas y los sabores se mezclan con la apacible vida de los muelles.



Rue des Bains y sus alrededores
Entre un puerto auténtico y una playa animada, la Rue des Bains es el corazón palpitante de Trouville-sur-Mer, combinando historia y dinamismo.
Un barrio animado y artístico
Una calle peatonal repleta de cafés, restaurantes y tiendas, que combina paseo y emoción. Productos regionales, galerías de arte, talleres creativos y obras de Savignac recuerdan el pasado artístico de Trouville. Los adoquines, las casas de pescadores y el canto de las gaviotas completan esta estampa típica y cálida.
Los callejones adyacentes
Alrededor de la Rue des Bains, encantadores callejones montañosos revelan casas coloridas y edificios con entramado de madera. Piérdete por estas escaleras secretas para disfrutar del ambiente único y acogedor de la ciudad.



El paseo marítimo y la playa
Conocida como la Reina de las Playas, Trouville-sur-Mer, primera estación balnearia de Normandía, ofrece 1200 metros de arena fina, combinando historia, ocio y tranquilidad.
Un paseo histórico
Descubierta en 1825 por el pintor Charles Mozin, la playa ha atraído a turistas y artistas durante siglos. Las tablas, construidas en 1867, bordeadas de villas de estilos eclécticos (neonormando, neomorisco, neoitaliano, etc.), invitan a pasear al son de las olas y del olor salado.
Un paraíso para todos
Relajarse con tumbonas y sombrillas o practicar deportes y actividades acuáticas: hay algo para todos. La playa combina relajación, emoción y un ambiente familiar, ofreciendo una escapada única al mar.



Hennequeville, lado del campo
Hennequeville, antigua aldea fusionada con Trouville-sur-Mer en 1847, encarna el rostro natural y tranquilo de la ciudad. Entre un paisaje exuberante y una costa salvaje, es un pequeño remanso de tranquilidad.
Un entorno natural
Parques, arroyos y senderos sombreados: Hennequeville es una invitación a pasear en el corazón de la vegetación. Salpicada de villas y mansiones normandas, es también el lugar ideal para alojarse, con sus casas rurales, casas de huéspedes y campings. Lejos del bullicio, podrá recargar sus pilas en un entorno bucólico y tranquilo.
Entre el mar y los acantilados
En el extremo oriental de la playa de Trouville-sur-Mer, los acantilados de Roches Noires bordean una extensión salvaje y preservada. Perfecto para un momento de inactividad, este lugar también ofrece vistas impresionantes desde la carretera de Corniche o los senderos de Hennequeville.



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